El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se comunicó con la presidenta de la organización internacional 'Médicos Sin Fronteras', Joanne Liu, para “disculparse” personalmente por el ataque contra el hospital de la organización en la ciudad afgana de Kunduz, que dejó 22 civiles muertos.

En el nosocomio se encontraban cerca de 200 personas, cuando fue parcialmente destruido en el bombardeo del 3 de octubre, donde algunos niños fallecieron quemados vivos.

La llamada de Obama llegó mientras Liu reclamaba desde Ginebra, por una comisión internacional independiente que determine por qué ocurrió la tragedia: ''Esto no ha sido sólo un ataque a nuestro hospital, ha sido un ataque a las Convenciones de Ginebra que no se puede tolerar'', dijo.

Para que se conforme dicha comisión, se requiere que al menos uno de los 76 países firmantes apoye la petición: ''Los hechos y las circunstancias de este ataque deben ser investigados independiente e imparcialmente, sobre todo después de las inconsistencias de las explicaciones dadas por EE UU y Afganistán sobre lo que ha ocurrido'', apuntó Liu, desconfiando de las fuerzas norteamericanas, la OTAN y de las autoridades locales.

Obama ''se disculpó y ofreció sus condolencias por el personal de MSF y los pacientes que murieron y resultaron heridos cuando un ataque militar estadounidense alcanzó un hospital de la organización'', dijo el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest.

Earnest aseguró "que la investigación en curso del Departamento de Defensa proporcionaría una apreciación de los hechos y circunstancias del incidente transparente, exhaustiva y objetiva. Y si es necesario, el presidente implementaría cambios que harían menos probable que tragedias como esta ocurran en el futuro".