En tanto que la ONU condenó el ataque y afirmó que se trata de un acto "inexcusable" y "posiblemente un crimen de guerra".

"Fue terrible ver la pérdida de vidas de médicos de MSF (por el bombardeo), pero lamentablemente los terroristas decidieron ocultarse en el hospital", afirmó el portavoz del Ministerio del Interior afgano, Seddiq Seddiqi, en conferencia de prensa en Kabul, según consignó la agencia EFE.

El Gobierno afgano aseguró que el bombardeo fue obra de las fuerzas aéreas estadounidenses después de que "entre 10 y 15 terroristas se ocultaran en el hospital" se refugiaran en el hospital.

Por su parte, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Ashton Carter, dijo hoy que se encuentra en marcha una "investigación exhaustiva" contra un incidente que calificó de "atropello", aunque no confirmó si el ataque había sido llevado a cabo por las fuerzas estadounidenses.

"La zona ha sido escenario de intensos combates de los últimos días. Las fuerzas estadounidenses en apoyo de las Fuerzas de Seguridad afganas estaban operando cerca, al igual que los combatientes talibanes", añadió el jefe del Pentágono, quien aseguró hoy no poder confirmar los detalles del suceso.

El hospital, el único con servicios de traumatología y cirugía en toda la región y en el que trabajaban 80 miembros de MSF, atendía a 150 pacientes en el momento del bombardeo que dejó "parcialmente destruido" el recinto, según la ONG.

Según el balance de MSF, todavía provisional y comunicado a través de la red social Twitter, 12 de los muertos son trabajadores de la ONG y siete pacientes, tres de ellos niños.

Asimismo, en el ataque murieron 10 insurgentes talibanes, según las utoridades afganas.

Además, 37 personas se encuentran heridas de gravedad, la mayor parte de las cuales fueron trasladadas al centro de Puli Khumri, situado a dos horas de ruta de Kunduz.

Las imágenes difundidas tras el ataque mostraban parte del austero centro sanitario calcinado por las llamas, mientras los supervivientes se amontonaban en las zonas que no habían sido dañadas.

"Estamos profundamente conmocionados por el ataque, la muerte de nuestro personal y pacientes y el enorme daño causado a la atención médica en Kunduz", dijo Bart Janssens, director de operaciones de MSF, citado por la agencia DPA.

La organización humanitaria remarcó que habían dado las coordenadas específicas del centro sanitario a todas las partes en conflicto, incluidos los talibanes y las tropas afganas y estadounidenses.

"El bombardeo continuó durante más de 30 minutos después de que las autoridades militares estadounidenses y afganas fueran informadas en Kabul y Washington", denunció la organización humanitaria, según la cadena France 24.

MSF consideró el bombardeo a su hospital como "una violación de las leyes humanitarias internacionales" y pide que la coalición internacional tenga "total transparencia" en la investigación del mismo.

En esa dirección se manifestó el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad Al Hussein, quien aseguró hoy que si se "considera que debe ir a un tribunal de justicia, un bombardeo contra un hospital puede ser considerado como crimen de guerra".

El probable bombardeo estadounidense "no tiene excusa" alguna y es posiblemente criminal, afirmó Al Hussein en un comunicado.

Como prueba, la presidencia afgana informó que el presidente Ashraf Ghani recibió "la disculpa" del general estadounidense John Campbell, jefe de la misión de la OTAN en Afganistán en una conversación telefónica.

Sin embargo, la Alianza Atlantica, que dispone de 13.000 efectivos en Afganistán (9.800 de ellos estadounidenses), no reconoció oficialmente que bombardeó el hospital de MSF y solo se limitó a hablar de un "posible daño colateral".

La Cruz Roja Internacional criticó duramente el ataque aéreo.

Según declaró su director en Afganistán, Jean-Nicolas Marti, este tipo de operaciones merman las posibilidades de las organizaciones humanitarias de prestar la ayuda que se necesita en el país.

El lunes pasado, los talibanes tomaron Kunduz en un ataque que sacó a las autoridades de la ciudad, estratégica para las comunicaciones del norte del país, en la victoria más importante de los insurgentes desde que fueron sacados del poder en 2001.

Las tropas afganas declararon haber retomado la ciudad el pasado jueves en un contraataque que contó con apoyo aéreo de Estados Unidos, pero desde entonces continúa la batalla en la ciudad, donde aún los dos bandos se disputan los distintos sectores.

En tanto, el portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, condenó hoy "enérgicamente" el bombardeo del hospital de MSF de Kunduz y acusaron a Estados Unidos de "martirizar" al personal médico y a los pacientes del centro, en un comunicado difundido en sitios webs islamistas.

Según el portavoz, "este crimen" se produjo cuando no había ningún insurgente en el interior del centro médico, "ya que la situación de conflicto no permite a ninguno de nuestros guerreros ser hospitalizados en él".