Hace seis meses que a las 1:19 de la mañana se tuvo el último contacto con el vuelo MH370, desde el que los pilotos expresaron: "Buenas noches. Malaysia Tres Siete Cero". Ese fue el último contacto que se tuvo con la aeronave antes de su desaparición.

Sin razón alguna y sin explicación, el vuelo dejó de tener comunicación con la torre de control y nunca contestó las llamadas que le realizaron a las 02:39 y 07:13, que sí fueron reconocidas por el sistema de comunicación.

A seis meses, todavía es una incógnita lo que pudo haber pasado con el vuelo. Más aún, no se explica cómo a través de una intensiva investigación que costó miles de millones de dólares, y con las nuevas tecnologías y satélites que existen, nunca hayan encontrado un sólo indicio de la aeronave de 63 metros de largo y 60 metros de envergadura.

A raíz de esto se tejieron cientos de hipótesis, y se concluyó una búsqueda que abarcó 7,68 millones de kilómetros cuadrados (que representa el 11% del Oceáno Índico y 1,5% de la superficie terrestre) y que involucró a 26 países. Pero nunca hubo noticias del MH370.

A partir de mediados de septiembre comenzará una nueva fase en la búsqueda, que será en el lecho marino del sur del Océano índico a través de un equipamiento especializado.

Abarcará unos 60 mil kilómetros cuadrados y costará decenas de millones de dólares. La zona de búsqueda se encuentra a unos 1.800 kilómetros de las costas australianas y, en la expedición, participarán ocho países.

Para el nuevo operativo se contratarán barcos equipados con novedosos sistemas de remolque para sondeos, para poder buscar en las profundidades marinas, metro por metro.

A seis meses y, más allá de las informaciones oficiales y extraoficiales, todavía el paradero del avión y todos sus pasajeros y tripulantes sigue siendo una incógnita imposible de resolver.