Tamir Rice, de 12 años, fue asesinado el 22 de noviembre del año pasado en Cleveland (Ohio), cuando fue rodeado por dos policías y él tenía en sus manos un arma de jueguete. Uno de los agentes, Timothy Loehmann, de 26 años, entonces le disparó y lo mató.

"No me dio otra opción. Sacó el arma y yo no pude hacer otra cosa", dijo Loehmann a su compañero Frank Garmback, de 46, cuando se dio cuenta de que había matado a un chico, según revela el informe pericial que describe los hechos.

Cuando llegó al lugar, Loehmann salió de la patrulla y disparó dos veces a Rice, quien jugaba con un arma falsa que "era idéntica" a un arma real, aseveró uno de los policías por los investigadores.