Para los analistas, la Ley de Pago Soberano es un instrumento más de pago a los bonistas que ingresaron a las reestructuraciones de deuda de 2005 y 2010 ante el bloqueo que supusieron las decisiones de Thomas Griesa.

Mientras la Argentina formalizaba los pagos a los tenedores de deuda, el juez neoyorquino bloqueaba los fondos depositados en el Bank of New York Mellon.

Se trata de una alternativa opcional para los bonistas, que con la nueva ley pueden optar por recibir sus pagos a través de ventanillas en Buenos Aires y en París.