La ola que podría llegar a ahogar el sueño del Gobierno de que se frene el aumento de precios tiene nombre y apellido: la inflación mayorista acumula 12% de aumento en lo que va del año -duplicando la suba minorista que está cerca del 7%- y empuja a las empresas a tomar decisiones.

Si bien en marzo el indicador mayorista reflejó una desaceleración (gracias a la mayor estabilidad del tipo de cambio) acumuló 11,8% en el primer trimestre de 2018, planteando un desafío de cara a la baja de p´recios al consumidor que necesita lograr el titular del Banco Central, Federico Sturzenegger.

El incremento acumulado a nivel mayorista presionan al empresariado al representar una caída del margen de rentabilidad, lo que inevitablemente trasladará esos costos al bolsillo del consumidor final.

De acuerdo a un análisis que publicó Infobae, la suba de los precios mayoristas de marzo está asociada al aumento de los productos nacionales en su componente de manufacturados que subieron un 2,2% e importados que aumentaron un 3,2%, mientras que los productos primarios crecieron por debajo del promedio (0,9%).

Según explicó el titular del BCRA, Federico Sturzenegger, la baja de la inflación que espera el Gobierno se sostiene en la estabilidad del dólar, el fin del shock de ajustes tarifados y las paritarias, que en general se están cerrando dentro del 15%.

Sin embargo, Sturzenegger ya avisó que está dispuesto a subir las tasas de interés y así lograr el objetivo de enfriar la economía con riesgosos resultados. Según explicó el economista Andrés Koleda, se encarecerían los préstamos bancarios y se favorecería al ahorro: "Al aumentar la tasa de política monetaria, se está dando pie a los bancos para que aumenten las tasas de interés que cobran por otorgar préstamos y por financiar las deudas con tarjetas de crédito. Es decir, que se encarece el consumo y por tanto, se puede esperar que baje el volumen de compras en el comercio", explicó en declaraciones a losandes.com.ar.