"Los contratos se cumplen y las deudas se pagan", dicen que es el lema que guía la vida y los fallos de Thomas Griesa, el juez neoyorquino al que recurrieron los fondos buitre para satisfacer sus ambiciones y que sistemáticamente falló a favor de los demandantes.

Al parecer, el titular del Segundo Distrito de Nueva York no quiere dejar abierto ese asunto antes de jubilarse, y con sus 85 años (en octubre cumplirá 86) se niega a pasar a retiro antes de acabar satisfactoriamente –para los buitres– ese asunto.

Prontos a llegar a un 'acuerdo', como lo vienen señalando el mediador Daniel Pollack, allegados a los 'holdouts' y los propios funcionarios argentinos vinculados a las negociaciones, Griesa decidió que ese será su último trabajito para sus mandantes...

Así lo deslizó esta semana a sus colaboradores más directos, a los representantes de la Argentina del estudio Cleary Gottlieb Steen & Hamilton (CGS&H) y a algunos abogados de los acreedores, según informa el diario Ámbito Financiero en su edición de este jueves.

De acuerdo a lo que comentó el propio magistrado, una vez que someta a nuestro país pedirá su retiro y se instalará en su casa de campo de Montana, donde probablemente escriba sus memorias, en las que destacarán los detalles del llamado "juicio del siglo" y su labor a favor de los fondos buitre.