Según los números del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) procesados por el Ministerio de Producción y Trabajo de la Nación, en octubre pasado se perdieron casi 120.000 empleos en la Argentina.

En efecto, el mercado laboral se contrajo por la fuerte recesión y la escalada inflacionaria, haciendo caer al mismo tiempo un 10 por ciento interanual el salario de los trabajadores formales.

En lo que respecta a la cantidad de trabajadores asalariados privados, es decir los “empleos de calidad”, como los llama el Gobierno, la caída anual fue de 1,1 por ciento: esto es 69.900 trabajadores menos que en octubre de 2017.

Y si se observa la totalidad de los trabajadores, incluyendo privados, públicos e independientes, la retracción fue del 1 por ciento anual: en un año se expulsó a 119.500 trabajadores del mercado laboral.