De acuerdo con los datos difundidos este jueves por el Indec, durante el cuarto trimestre del 2018 se agravó la desigualdad ya que se amplió 20 veces la brecha de ingresos entre el 10 por ciento más rico del país y el 10 por ciento más pobre.

Respecto a igual trimestre de 2017, este cociente se ubicaba en 17 veces, lo que expone un crecimiento de la distancia entre los más ricos y los más pobres.

Este empeoramiento fue acompañado por el avance de la informalidad laboral que en los últimos tres meses del año pasado trepó al 33,7 por ciento de los asalariados (contra 32,6 por ciento un año atrás), según publica La Política Online.

En consecuencia, en el último trimestre la mitad de los argentinos tuvo un ingreso per cápita familiar menor a 8.250 pesos y solo el 10 por ciento de los argentinos contó con más de 21.800 pesos al mes. Así el ingreso per cápita promedio se ubicó en 11.231 pesos.

Si solo se tiene en cuenta el ingreso individual y ya no cómo se reparte al interior de las familias, la mitad de los argentinos ganó menos de 14.000 pesos y únicamente el 10 por ciento más rico superó los 35.000 al mes. Si se mira solamente la población ocupada, el registro muestra que la mitad de las personas con alguna ocupación recibieron un ingreso inferior a los 15.600 y únicamente el 10 por ciento mejor remunerado superó los 35.000.

Respecto a la población asalariada, se observa que la mitad de los empleados ganaron menos de 17.000; es decir que la mitad de las familias argentinas tuvo un ingreso de menos de 26.000 mientras que las familias del 10 por ciento más pudiente tuvieron ingresos superiores a los 65.000 mensuales. En tanto, el 10 por ciento más pobre sobrevivió con menos de 3.550 por mes.