Wendell Lira es un futbolista del ascenso brasileño, quien transitó por clubes de tercera y cuarta división, y que como tal todo le cuesta mucho, a pesar de su gran sacrificio. El brasileño cobraba salarios inferiores a 4.000 reales (unos 1.000 dólares), según admitió él mismo.

Pero lo más increíble de todo es que Lira se quedó desempleado en julio pasado hasta que su nombre apareció en la lista de finalistas del Puskas. Su carrera y su vida tomó otro impulso por estar nominado al mejor gol del año.

"Es difícil vivir del fútbol", afirmó el joven de 26 años en una entrevista concedida al diario Folha de Sao Paulo el pasado noviembre, antes de que lo fichara el Vila Nova, otro club del ascenso brasileño.

Conociendo al protagonista

Wendell Lira se formó futbolísticamente en el Goiás y llegó a ganar un premio al jugador revelación en un torneo juvenil en 2006. Pero una seguidilla de lesiones puso su carrera en jaque.

El brasileño llegó a dejar el fútbol y se dedicó a ayudar a su madre en un cafetería. Pero Lira decidió no ceder ante la adversidad y volvió a luchar por su sueño. Entonces se enroló en el Goianesia, el club de cuarta división con el que en marzo pasado marcó el golazo que le valió ser candidato y ganar contra todo pronóstico el premio Puskas.

Tras marcar ese espectacular tanto en un partido de la liga regional del estado de Goiás, el delantero fue contratado por el Tombense, equipo de tercera división.

Su trayectoria en ese equipo fue tan corta como un abrir y cerrar de ojos. Lo despidieron cuatro partidos después de haber sido contratado porque no le gustó al entrenador. Desafortunadamente, se quedó desempleado hasta noviembre pasado, cuando se conoció su nominación al galardón de la FIFA.

La repercusión que generó estar incluido en la lista de finalistas del premio Puskas le abrió las puertas del Vila Nova, equipo de segunda división de la ciudad de Goiania, con le que firmó un contrato de un año.

A pesar de que el club rechazó informar el contrato del jugador, el propio Lira contó públicamente que no gana mucho más que en su época en el Goianesia. Se pueden imaginar que hay una diferencia gigantesca con las cifras que manejan los otros finalistas del Puskas, Lionel Messi o Alessandro Florenzi, de la Roma de Italia.

Con todos los pronósticos y las condiciones en contra, Wendell Lira demostró que los sueños pueden cumplirse sin importar que tan difíciles sean.