El fútbol es capaz de mostrarnos a los hinchas más disparatados del mundo, de esos que uno no termina de entender cómo es que llegaron a tal grado de pasión.

Juan Cortese vivía la previa al encuentro entre River y Fluminense por la Copa Libertadores de América en las playas de Copacabana charlando con los simpatizantes de la banda roja que se acercaban al móvil.

Y en ese ida y vuelta se destacó un hincha impensado: fanático de River desde chico, amante del seleccionado albiceleste -al punto de tatuarse el escudo de la AFA con las tres estrellas- y hasta malvinero -con otro tatuaje de las islas pintadas de celeste y blanco.