Tras la orden inicial, King y Chris Williams se repartieron un par de golpes y tras un low kick el primero de ellos se fracturó su pierna derecha al intentar dañar la de su rival.

El resultado fue una escalofriante lesión en la tibia de Jonathan King, que cuando intentó pararse su cuerpo cedió ante la fractura.

Al ver las condiciones en las que se encontraba el norteamericano, y la aterradora imagen de su pierna derecha, el juez finalizó el combate automáticamente dando como ganador a Williams por nocaut técnico.

Esto hizo recordar la fatídica noche del 28 de diciembre de 2013 cuando el brasileño Anderson Silva corrió la misma suerte ante el estadounidense Chris Weidman, por el título mundial del peso mediano de UFC.