El Estadio Mineirao será recordado por siempre como el escenario donde Brasil sufrió la más humillante derrota de su historia futbolística. Por las semifinales del Mundial que organizó, el conjunto alemán lo aplastó y le metió siete goles. Tal resultado marcó un antes y un después para el 'Scratch'.

Aquella jornada, los de Scolari jugaron sin sus dos mejores jugadores: Neymar (lesionado) y Thiago Silva (expulsado), factor que sintió mucho. ¿Hubiese ganado con ellos dos en el campo? Probablemente tampoco, pero nunca lo sabremos.

Lo sorprendente de esa goleada es que los alemanes le metieron cuatro goles en un lapso de ¡siete minutos! El primer tiempo fue apabullante y sentenció la historia: 0-1 a los 11 minutos, 0-2 a los 22’, 0-3 a los 25’, 0-4 a los 26’, 0-5 a los 29’.

Los hinchas presentes en el estadio lloraban desconsolados en las tribunas. Nadie podía creer que los equipos se fueron a los vestuarios en el entretiempo con una ventaja de cinco goles.

A un año de la goleada histórica, el director técnico de Alemania, Joachim Löw, recordó sus sensaciones y la charla que mantuvo con sus jugadores en el vestuario durante el entretiempo.

"Chicos, ganamos 5-0, pero espero de vosotros que sigáis jugando de manera concentrada, disciplinada y seria", recordó el entrenador en una entrevista con el diario SportBILD.

Löw reveló también que les advirtió a sus dirigidos que no quería ningún tipo de burla para con los colegas locales. "Les dije a mis jugadores que el que tuviera un problema con este punto de vista, no sería considerado para jugar en la final. No quería que ninguno de ellos empezara a burlarse de los brasileños delante de un público de millones de personas", aseguró.

"El respeto que nos mostró todo el país de Brasil hasta el momento fue grande. Para mí era totalmente imposible humillarles en ese momento o mostrarnos arrogantes. En 2006 tuvimos la oportunidad de sentir como de doloroso es perder en la Copa del Mundo frente a tu propia gente", agregó el entrenador campeón del mundo en 2014.

A su vez, recordó que durante el primer tiempo le hizo seis veces la misma pregunta a Hansi Flick, su ayudante de campo: "Hansi, dime, ¿es esto real?", le preguntaba una y otra vez.

En el segundo tiempo, los europeos soltaron el pie del acelerador y sólo le convirtieron dos goles a los brasileños, que recién pudieron descontar en el minuto 90.

A un año de esa catástrofe futbolística, Brasil no puede salir del pozo y fue eliminado en cuartos de final de la Copa América de Chile, tras mostrar un rendimiento muy pobre.