No hubo hazaña histórica para Cleveland Cavaliers, que a pesar de la gran actuación de LeBron James, no pudo con el equipazo de Golden State Warriors, que en casa fue letal y se impuso 129-120 para liquidar 4-1 la serie y convertirse en el nuevo campeón de la NBA.

Embalado por el cuarto juego, la visita comenzó con todo, y pasó al frente capitalizando las pérdidas rivales. Dominó el primer cuarto, pero se secó en el segundo, donde el anfitrión metió un lapidario parcial de 19-2, para irse al descanso de medio tiempo arriba por 11 (71-60).

Los Cavs repuntaron en el tercer período, y pudieron achicar a 5 la diferencia (98-93); pero con varias de sus figuras apagadas, no aguantaron los embates de un Golden State afiladísimo, que liquidó rápidamente el pleito para asegurar el campeonato ante su gente.

Kevin Durant llegó a Oakland para ganar su primer anillo de la NBA, y jugó la serie como para hacerlo. Así, culminó el quinto juego con 39 puntos y fue elegido como MVP de las Finales, aunque no estuvo solo, ya que Stephen Curry lo acompañó con 34 tantos y 10 asistencias.

A diferencia de lo que ocurrió con la visita, en donde Kyrie Irving y Kevin Love estuvieron muy bajos y por lo tanto dependió de James (41 puntos y 13 rebotes), los Warriors tuvieron varios puntos altos, como Andre Iguodala, que sumó 20 anotaciones desde el banco.

De esta manera, el mejor equipo de la Conferencia Oeste se tomó revancha del año pasado frente al mismo rival, y celebró el quinto título de la franquicia (tercero desde que está en California y segundo en tres años), ganando el anillo por primera vez en casa en 61 años.