¿Cómo puede arruinar un etiquetado inocente una relación amorosa? En Lavida.es (España) David Pons reflexiona sobre ello y usa la devoción a internet para narrar sus cómicas desventuras cotidianas gracias a la vida 2.0.

En la chilena Gringolandia, Peter (o Pedro) llega con su novia Stacey a la gran manzana para mostrar ese choque cultural tan opuesto y dispar; y en la argentina Eléctrica, el ególatra Jhonatan Mayer, se vale del mundo publicitario para parodiarlo al límite.

Estas historias fueron algunas de las cincuenta proyectadas en la primera edición internacional del Buenos Aires Web Fest,  del 12 al 14 de marzo en la Universidad del Cine, en el barrio porteño de San Telmo.  Se trata del único festival  internacional  de Sudamérica dedicado a la promoción de  series web nacionales y extranjeras que contó con el apoyo del INCAA, el Fondo Nacional de las Artes y  la Bienal de Arte Joven de Buenos Aires.

A pulmón.  Elaborar un contenido audiovisual tanto para el cine, como la tv o Internet es costoso, pero si hay algo que genera la plataforma online son nuevos patrones de consumo y producción: Hoy un público dinámico comparte e interactúa vía redes sociales, mientras que los jóvenes realizadores y aquellos más consolidados, pueden encontrar en ella un oasis para exhibir su material gratuitamente, explorar ideas y oportunidades comerciales en poco tiempo, de cinco a quince minutos.  Ello se percibió durante el BA Web Fest, cuando en un confuso castellano el productor estadounidense Bryan Thompson, del  Miami Web Fest, aseguraba que “Hay un público para todo arte, solamente es cuestión de encontrarlo. Mi recomendación es que la gente se enamore de su historia, su producto. Hay muchísimos que abandonan su lucha  al final cuando están cerca”. Es que este encuentro no solo fue una pantalla para difundir proyectos, sino que también contó con charlas, talleres y ronda de negocios.

“Hay que tener en cuenta que la web es un formato mundial, entonces son necesarias las capacitaciones para los jóvenes realizadores y también la posibilidad de alcanzar subsidios para sus futuros trabajos”, señala Martín Froilán Lapissonde, productor de Macaco Films y uno de los organizadores del festival.  Pese a las tribulaciones, los productores se lanzan a este terreno que acumula miles de clicks y puede emprender caminos distintos, ir de la tv a la web o viceversa, depende de sus objetivos.  “Cualca”  nacida en  2013, era un segmento de comedia en el programa Duro de Domar,  que luego migró su segunda  a la web. “Sin embargo subimos los capítulos a nuestro canal de YouTube, creímos que era un mejor espacio”, señala uno de sus directores, Esteban Garay Santaló.

El festival también concentró propuestas de ficción, animación y documentales  de todo el mundo. En  Argentina el género que  prima  es el humor: “En internet es el que maneja un punto máximo. Pero tenemos que entender que muchos géneros que han sido bastardeados y menospreciados encontraron en la web su elite”, analiza Lapissonde y agrega que otros países como España, arrastrados por la crisis “produjeron series en gran cantidad por falta de trabajo” mientras que Canadá, por ejemplo, cuenta con acompañamiento estatal. “Ellos tienen una gran producción en cuanto a lo estético y está balanceado entre el humor, drama y terror”.

La incomodidad arrastra situaciones de lo más graciosas y Lucía Agosta pensó que sería una buena idea como cortometraje, sin embargo con el pasar de los años la guionista decidió por transformarla en una ficción web de ocho episodios llamada “Incómodos” (Argentina) exhibidos en la muestra paralela.  “En la serie cada actor le aporta una cuota de humor y diálogo improvisado. Este medio además nos permite explorar sin demasiado presupuesto”, acota.  En cambio Éxtasis (Argentina)  gravita sobre el universo teen en clave comedia al principio y después  se vuelve “más fuerte y oscura”. Su creadora, Florencia Orellano, escribió el guión cuando era más joven y la llevó adelante sin financiamiento externo: “Elegimos la  web porque no teníamos el medio televisivo,  es un drama adolescente  un poquito más comercial y lo mandamos online”.

Más allá de los géneros, los realizadores coinciden en que uno de los grandes escollos de la producción para Internet es su financiamiento  y por eso recurren al crowfunding, una financiación colectiva donde los fans colaboran con los artistas. “No es fácil conseguir plata para hacer algo que realmente te guste y el crowfunding te muestra la buena onda de los fans, es muy laborioso pero está bueno”, reconoce Menis  y  apuesta a la publicidad como vía para obtener recursos económicos: “Tuve experiencias con marcas. Hoy en día todas tienen una agencia con un creativo digital que piensa cómo vender un producto y buscan hacer algo distinto, crean contenidos audiovisuales. Es algo que pasará más y depende de quién sepa aprovecharlo”.

En Argentina, desde que  la Universidad Nacional de Tres de Febrero creó su señal en línea UN3 TV,  ficciones como Tiempo Libre de Martín Piroyansky, Eléctrica de Esteban Menis o Neuróticos de Fernando Milsztajn encontraron su espacio en el canal, paro darle luz verde a sus  proyectos.  Martín Lapissonde añade que los subsidios otorgados por el Instituto Nacional del Cine, o las becas del  Fondo Nacional de las artes contribuyen a acortar los plazos para realizar series. “Además del crowfunding, otra alternativa que está a un paso del camino, consiste en  despabilar a las marcas para que sepan que las ficciones en Internet  son un buen lugar para invertir dinero”.