En la redacción de Diario Registrado el último libro de Sergio Olguín fue regalado entre compañeros y prestado otra tantas ya, como Lanús, aquella otra novela-policial del escritor. Tres noches le duró a este cronista La Fragilidad... Hasta las 3, 4 y 5 de la mañana, en desvelos sucesivos.

La lectura de La Fragilidad de los cuerpos es urgente, no porque sea imperiosa para vivir, sino porque cuando uno comienza a desandar sus hojas, el andamiaje narrativo no deja soltarse del libro. Un suicidio, el hilo de la investigación que encara la protagonista, su enfermiza relación amorosa con uno de los entrañables personajes secundarios de la historia, un conductor de trenes, son la columna vertebral de un relato que más se ramifica -con la aparición de personajes secundarios aunque entrañables-, más atrapa.

Pero hay más: el idealismo del periodista como paladín de justicia, la desidia de los otros en una profesión donde es mejor acomodarse que arriesgar. Y más en este policial del suburbio: la mochila de matar sin querer, suicidarse para no matar más conduciendo un tren. Niños futbolistas usados para juegos de ruleta rusa en las oscuras vías del tren Sarmiento. Niños para los que la vida un billete para comprar galletitas y gaseosa.

Hay tantos personajes a los que uno les pone cara, cuerpo y gestos en esas hojas: el Peque y su entorno en la pensión donde vive, el DT y el buffetero del club rehabilitado de las drogas, los compañeros de redacción de la periodista, su amante -el motorman-, y la relación con su padre.

Y hay también un tempo que atraviesa el relato. Un metrónomo que marca sin pausa el devenir de los sueños y soledades de todos y cada uno de esos personajes. Sus silencios, los inminentes pasos a dar de todos y cada uno, por fin una vez en la vida, ¡ya, ahora! en un final, como todo el libro, de película.

Parafraseando al tango, en eso del misterio de adiós que deja el tren, La Fragilidad de los cuerpos te deja un vacío perturbador, aunque el libro siga leyéndose en cada paso a nivel, en la cara de un conductor de trenes, en los pibes que caminan al costado de la vía, y hasta en el buffet del club del barrio.

La Yapa

Para los lectores de Olguín que esperan con ansias la inminente salida de "Las Extranjeras", aquí se pueden leer las primeras 24 páginas de la nueva novela del escritor.

La idea de publicar en las redes sociales unas páginas de la nueva novela a manera de anticipo fue un pedido del propio Olguín a la editorial. Las Extranjeras tiene también como protagonista a Verónica Rozenthal, la periodista "súperchica" de La Fragilidad.

A través de ella, sus humores y valentía de película o de libro, se esperan más hojas de Olguín.