En "El demonio y otros escritos cuacasianos" Fulvio Franchi contextualiza la obra del ruso Mijaíl Lérmotov: "Cuando murió Pushkin, un joven poeta publicó una encendida poesía que acusaba de la muerte del poeta a los círculos más cercanos al emperador y le reclamaba ´venganza´".

Se trata del poema dedicado al Zar Nicolás I titulado "La muerte del poeta" a partir del cual Lérmontov denunció la alteración del arma de Aleksandr Pushkin con la que se batió a duelo y que lo llevó a la muerte.

Si bien el Zar terminó pagando las deudas de Pushkin; Lérmotov no corrió la misma suerte y fue desterrado al Cáucaso, tierra caliente de enemistades entre rusos, chechenos, georgianos y de una belleza natural pasmosa pero también dura, como la describe el mismo Tolstói ante "la desierta estepa, entre nubes de polvo y un sol abrasador".

El libro se inicia con una dedicatoria a "ese severo emperador de la tierra" que es el Cáucaso y permite un recorrido poético y de prosa breve por la obra de este autor; cuya importancia en la literatura rusa- y su pasaje al realismo- es tal, que incluso en la década del setenta lo homenajearon nombrando a un asteroide como "2222 Lérmotov".

El libro cuenta con cinco apartados, el primero es "El demonio" (1829- 1839) con comentarios de la edición rusa del crítico literario Andrónikov en la que se relata el conflictivo espíritu de escritura de Lérmontov que inició esta obra a los catorce años y la cambió ocho veces de manera intensa, ante presiones y posibles censuras. Sólo perdura el verso inicial "Triste demonio, espíritu del destierro", una frase que funcionará como marca de destino del autor.


Sigue "El prisionero del Cáucaso" en la que hay una imitación consciente y de admiración a la obra homónima de Pushkin. El orgullo por la obra de su contemporáneo y sus experiencias personales en el destierro le permiten construir imágenes ricas en detalles y sensaciones donde la desesperanza sobrevuela los versos.

En el tercer apartado los poemas escritos entre 1830 y 1837 nos ofrecen las desventuras del amor no correspondido, sueños y un romanticismo que abreva en Byron pero señalando "soy otro, /soy el elegido aún desconocido,/ como él, /un peregrino acosado por el mundo, /pero con el alma rusa". Resulta conmovedora la lectura de "La muerte del poeta" (1837) con la detalladas observaciones del traductor en la que Lérmontov descolla como crítico de una sociedad zarista que lo asquea.

En cuarto lugar hallamos "El caucasiano" (1841), con un acertado y pertinente glosario. Se trata de un breve texto en el que una observación casi antropológica permite reflexionar sobre la búsqueda de autenticidades no sólo étnicas sino también humanas. Junto con la crítica a esa Rusia imperalista que florece pujante en las ciudades.

Finalmente el quinto apartado corresponde al traductor Fulvio Franchi que contextualiza la lectura de Mijaíl Lérmotov (1814-1841) a través de su bio y bibliografía destacando la "universalidad" de un autor que no pasó desapercibido en su tiempo y cuya obra no debería quedar perdida en el precipicio donde halló la muerte.

"El demonio y otros escritos cuacasianos", de Años luz ediciones, es el verdadero retorno de un romántico y un crítico social.

"El demonio y otros escritos caucasianos" de Mijaíl Lérmontov

Traducción de Fluvio Franchi

Colección dirigida por Laura Estrin

Años Luz ediciones, 2014.