Cuando Frida Kahlo falleció en 1954, su esposo Diego Rivera decidió guardar sus pertenencias en el baño de la Casa Azul de México, que más tarde se convertiría en un museo.

Si bien Rivera había dado instrucciones de que el cuarto se abriera quince años después, recién en el 2004, tuvo lugar la apertura de ese fascinante universo de colores y personalísimos vestidos, trajes, corsets y detalles que daban cuenta del complicado estado de salud de Frida.

La aclamada fotógrafa japonesa Ishiuchi Miyako  fue invitada a observar más de trescientos objetos e inmortalizarlos con su lente para que puedan recorrer el mundo y que hoy vuelven a estar a la vista de todos en Londres.

Mirá algunas de las pequeñas joyas personales de Frida Kahlo.