“Acá Insaurralde nunca vino. Cada vez que tengo la oportunidad se lo digo. En el desayuno por el día de la mujer, seleccionaron a treinta mujeres del municipio. Fui en representación de los jardines comunitarios y le dije al intendente: “Muy lindas las fotos que nos sacamos cada vez que hay acto, pero a los jardines nunca venís. Con la foto no hacemos nada. Me dijo quedate tranquila que voy, pero nunca viene, sólo lo dice para salir del paso”.

La que habla es Antonia, que a los 69 años trabaja sin descanso en el Jardín Mi Futuro, que funciona en el predio de su casa, para que 250 familias de Villa Fiorito tengan un lugar donde dejar a sus hijos desde pequeños para poder salir a trabajar. Los jardines comunitarios resuelven el problema del que no se hace cargo el Estado.

No es el único Jardín que Martín Insaurralde no visitó. El mismo testimonio aportaron Daniel y Ricardo, que coordinan otras dos instituciones. Para personas que se dedican todo el día a resolver las necesidades de los que menos tienen, la presencia municipal es vital.

Tanto el concejal y candidato a Jefe Comunal del FR, Ramito Trezza, como Gabriel Mércuri de Cambiemos visitaron alguna vez los jardines. Pero el esposo de Jésica Cirio prefirió ignorarlos.

Los jardines comunitarios se crearon al calor de las necesidades de los barrios más carenciados del conurbano, donde el Estado no llega a resolver los problemas de crianza para los hijos de los trabajadores que menos ganan. Por una cuota sensiblemente menor a la las instituciones privadas, estas instituciones gestionada por vecinos le dan respuesta a un problema del que nadie más se ocupa: dónde mandan los padres a sus nenes para que los cuiden y eduquen mientras van a trabajar.