Kenneth C. Catania, un biólogo de la Universidad Vanderbilt, Estados Unidos, inició una investigación para probar el tipo de descarga eléctrica que tienen las anguilas acuáticas.

Pero para que los resultados sean más verdaderos, el hombre puso su propio brazo para que el animal lo ataque y así demostrar qué efecto tiene en el cuerpo humano, aunque aclaró: "Era realmente seguro porque era una anguila eléctrica pequeña".

Según destacó el portal Infobae, en sus anteriores experimentos, el especialista descubrió que una anguila eléctrica funciona como una batería. Cuando se enfrenta con una presa o una amenaza, se transforma en un aparato parecido a un arma de electrochoque.

Según Catania, estos animales "han evolucionado para producir descargas eléctricas más y más fuertes, y han desarrollado estos comportamientos para usarlos más eficientemente".

En el vídeo puede verse cómo la anguila se desplaza hasta el brazo y posa su cabeza en él. La electricidad fluyó desde la cabeza del animal hasta el brazo, luego al agua y de vuelta a la cola de la anguila para completar el circuito.

El hombre conectó dispositivos para medir la corriente eléctrica que alcanzó un máximo de entre 40 y 50 miliamperios, que no alcanza para dañar severamente a un ser humano, pero sí para causarle un profundo dolor.