El Presupuesto 2018 prevé apenas un 1,4 por ciento del gasto primario para ciencia y técnica. A mediados del mes pasado, su autor, el ministro Nicolás Dujovne, anunciaba al presentarlo que con él se "confirma el proceso de reordenamiento de la macroeconomía para que el crecimiento sea sustentable"

En concreto, el mencionado porcentaje representa 35.490 millones de pesos para financiar el Conicet, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), el INTA, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (MinCyT), el INTI y la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud (Anlis).

Si bien representa un aumento de 13,3 por ciento con relación a este año, se encuentra por debajo de la inflación de 15,7 por ciento proyectada por el Gobierno para 2018.

Pero el ajuste no es nuevo: en 2016, los dineros destinados al área aumentaban el 29 por ciento, pero en realidad bajaban, ya que ese porcentaje se ubicaba al menos 10 puntos por debajo de la inflación del año.

De modo que, según da cuenta Página 12, desde que asumiera como presidente Mauricio Macri, en diciembre de 2015, el recorte en términos reales para ciencia y técnica se ubica en torno al 15 por ciento.

El ajuste viene por el lado de la falta de insumos y retaceo en el financiamiento para proyectos, dice el citado diario, mientras se sostiene a grandes rasgos el gasto de salarios y becas, aunque sin la tendencia de crecimiento.

Sin embargo, entre los trabajadores y los gremios con injerencia en la actividad pública, la sospecha es que ya desde después de las elecciones legislativas comiencen a producirse despidos masivos en los organismos públicos dedicados a la ciencia y la técnica.