Científicos rusos encontraron bajo el permafrost de Siberia un mamut conservado en muy buen estado, en cuyo cerebro congelado hay "altas concentraciones de bacterias aerobias activas" cuya edad podría datarse en 40.000 mil años.

Esas bacterias son capaces de estimular la vitalidad de los ratones de laboratorio, incluso hasta lograr que tengan descendencia en su vejez, revelaron los científicos, mejorando su calidad de vida, por lo que "se podrían aplicar a los seres humanos”, según declaró Víctor Cherniavski, coautor de las investigaciones.

Tras reactivar estos organismos, Cherniavski destacó “la estabilidad de sus rasgos genéticos” y aseguró que “nuestros estudios sugieren que las cepas aisladas de bacterias sobreviven en el permafrost entre 20.000 y 40.000 años y preservan la capacidad de desarrollar sustancias biológicas activas”.