Michael se había encerrado en su habitación con la música a todo volumen, y su familia sabía que tenía un cuchillo. El miedo de que el joven se lastimara a sí mismo, hizo que su familia pidiera ayuda a la policía local. Sería la peor elección.

Tal y como muestran las imágenes, los representantes de las fuerzas trataron con muy poco profesionalismo una situación que se les fue de las manos. En el momento de reducirlo y quitarle el arma blanca, optaron por inmovilizarlo con la pistola eléctrica y finalmente le vaciaron un cargador en su cuerpo.

La filmación fue realizada por una cámara que estaba en la casa de Michael Garrett Blair, de 26 años, y fue publicado por la familia cinco meses después de su fallecimiento.

Los allegados pretenden que este documento sirva para reabrir la investigación: "Todo lo que pedimos es que alguien reconozca lo que reconocemos nosotros, que fue un brutalidad", advirtieron.