Una cría de tiburón se desorientó y se acercó demasiado a la costa en Santa Teresita. La gente que estaba vacacionando lo tomó como un divertimento y sacaron al animal del agua para sacarse fotos.

Incluso una pareja se sacó una selfie besándose, con el pequeño animal en sus manos sin tener en cuenta de que lo estaban lastimando.

Finalmente apareció una heroína que a los gritos trató de explicarle a la gente que debían devolver al animal a su hábitat y ante la indiferencia del resto de las personas decidió arrebatárselos y arrojarlo con fuerza hacia el mar.