Liliana Fernández, madre de Sabrina Castañares, quien murió en 2012 por transportar cápsulas de cocaína, denunció que la causa de su hija fue “manipulada y archivada” para evitar su ingreso en los tribunales federales.

La mujer relacionó este accionar con el juez Claudio Bonadio, con quien “Olga Ibarra, funcionaria de Migraciones, junto a su hijo Pablo González (expareja de su hija) se cansaron de chapear”.

Tras aventurar “una relación” entre Ibarra y el juez, dijo que Bonadío "siempre lo sacaba de prisión” a González.

Según Fernández, Ibarra "se cansó de chapear (con Bonadío) en el hospital; de hecho, cuando mi hija se murió, le dieron el informe a ella y no a mí, no a la familia. Ella hizo y deshizo”, insistió.

Fernández lamentó que “la causa” se haya “archivado como muerte dudosa” y que “no haya ingresado a los tribunales federales para ser investigada como corresponde”.