A los 17 años, Bryan empezó a inyectarse y a tomar hormonas femeninas, cambió sus prendas de hombre para vestirse a diario como mujer y el año pasado, cuando cumplió los 18, se puso prótesis mamarias.

Sin embargo, lo que para Kim –como le gusta que la llamen– era una forma de expresar su identidad, a las directivas del colegio INEM José Félix de Restrepo en Medellín les pareció una "mala influencia".

Con el respaldo de su abuela, con la que vive, demandó a dicha institución y la Justicia le dio la razón. Aunque la sentencia de la Corte Constitucional de Colombia le llegara tarde, sirvió para sentar un precedente y que otros alumnos no sufran lo mismo que Zuluaga.

Siempre quiso ir a su colegio vestida con el uniforme de mujer. Lo probó una vez y le pusieron de patitas en la calle. "Me sentía súper contenta y bonita. Además, causé mucho impacto entre mis compañeros, los profesores y el consejo académico", le dijo a la revista 'Semana'.

Kim asegura que otros niños quisieron imitarla. "Yo era como una influencia para ellas, pero las directivas del colegio dijeron que era una 'líder negativa' y me pidieron que usara el uniforme de siempre. El problema es que a mí ya me estaban creciendo los senos, entonces yo cómo iba a ir así, y les dije que no".

Cuando el director del colegio, Fernando Carvajal, le pidió que se fuera, ella peleó por sus derechos. Acudió primero a la Secretaría de Educación, después a la Justicia ordinaria, que en una primera instancia rechazaron su petición. Sin embargo, no se rindió y convencida de su posición, su caso llegó a la Corte Constitucional.

La sentencia alega que si bien los colegios pueden imponer una disciplina, ésa no debe vulnerar derechos fundamentales como el libre desarrollo de la personalidad. Al tratarse de un joven de 17 años, edad que tenía Zuluaga cuando acudió a los tribunales, el magistrado considera que tiene capacidad para decidir qué tipo de vida quiere llevar.

Por su parte, Carvajal señaló que nunca vulneraron los derechos del adolescente, sólo le impusieron la obligación de vestir el uniforme reglamentario y en su caso le permitieron acudir con el de gimnasia, que es una opción que algunos escogen.

Finalmente, la joven está contenta de sentar un precedente en Colombia y espera que su ejemplo se repita a lo largo de la población. "Sirve para que las personas acepten a las 'trans' y que puedan ir a estudiar como se sientan identificadas. Si es mujer y se siente hombre, que se vista de hombre. Si es hombre y se siente mujer, que se vista de mujer".

"No hay nada más ridículo que un gay que se cree heterosexual. Ante todo, uno debe tener personalidad y aceptarse como uno es. Hay que vivir por uno mismo y no por los demás. Para mí esto es normal, aunque para mucha gente sea un escándalo", agregó Kim.