"Me tiraron al piso, me patearon, me pusieron las esposas re fuerte, tengo todas las manos hinchadas. Me levantaron de prepo. Me puse de rodillas y les pedí por favor que me dejaran de pegar, les dije que no quería morirme, que tengo cuatro hijos, yo no le falté el respeto a nadie..."

El duro relato, emitido horas después del hecho, corresponde al testimonio de Sandra Cabo, la mujer que quiso acusar a su hermano por haberla golpeado a ella y a su hermana pero que recibió una salvaje golpiza por parte del policía que debía atenderlas.

Frente a la comisaría, vecinos, amigos y familiares de Sandra se reunieron junto a distintas organizaciones políticas y sociales para exigir que todos los policías involucrados en la golpiza sean exonerados de la fuerza y reciban condenas de cárcel efectiva.

Sandra, en tanto, dijo que "ver que tanta gente me acompaña me da muchas fuerzas, sobre todo para pasar las noches en las que una piensa en que va a pasar, en si se va a volver a repetir o que más puede pasar".

La mujer contó que "desde la denuncia la vida de toda mi familia se dio vuelta, no sólo a mí y a mis hermanas que éramos las golpeadas, sino que ahora mi papá tiene que visitarnos todos los días para ver cómo estamos, por miedo mi hermana más chica va y viene en remís al trabajo y duerme en lo del novio".

En ese sentido añadió que "lo más angustiante es la vida de mis hijos, porque todos los días me pregunto si mandarlos al colegio o no, si les va a pasar algo, si les van a hacer algo, o si lo van a agarrar a mi marido".

También participaron del acto las diputadas provinciales Lucia Portos y Patricia Cubria, y los concejales municipales Marcela Ventura y Fernando Coronel, entre otros funcionarios nacionales, provinciales y municipales.