La doctora Piovano es bien picante y no se guarda nada. 

La entrevista con Graña empezó con un reclamo de parte de la doctora por no repudiar el hecho que tuvo que sufrir y después comenzó un debate.

Lo bueno es que en esta oportunidad ambos demostraron que se puede debatir e incluso no estar de acuerdo sin llegar al enfrentamiento liso y llano ni al insulto.

El debate, de esta manera, es claramente positivo y ayuda a reflexionar.