El hecho ocurrió en pleno barrio de Recoleta, sobre la calle Charcas entre Laprida y Agüero, cuando un hombre de unos 50 años tuvo su día de furia.

Al parecer, el vecino estaba cansado de que todos los días estacionen en la puerta de su casa, donde tiene un cartel que avisa: "Prohibido estacionar".

Según comentó a los medios, su primera reacción fue llamar a la grúa para ver si podían retirar el automóvil de ese lugar, pero ante la negativa del servicio, decidió hacer justicia por mano propia.

El hombre se salió de sus cabales, agarró un pico y comenzó a destruir el nuevo Honda Civic, golpeando ventanillas, capot, baúl, y todo lo que encontró a su paso.

Pero parece que esto no es nuevo, ya que según comentaron los vecinos a los medios que se acercaron en la mañana de este martes, el hombre "es de reaccionar así". ¿Una clara postal del nivel de nerviosismo en la Ciudad de Buenos Aires?