La dolorosa historia de Claudia nos obliga a mirar ahi donde preferimos no apuntar la mirada. Las injusticias entremezcladas en el funcionamiento de lo que debería ser la pata del Estado que garantice una justa evaluación para cada persona, impregnan una realidad que llega a un punto demasiado exagerado para dilatar definiciones.

La investigación que publicó el periodista y escritor Fernando Soriano en Infobae resume cómo se transformó la vida de la mujer boliviana que aceptó convertirse en una 'mula' narco y trasladar dos valijas con 1.160,60 gramos de cocaína hasta Buenos Aires, más precisamente en la estación de Liniers, donde le darían 500 dólares.

La motivación no era el mero acto ilícito por dinero, sino la necesidad de conseguir una suma considerable y hacerle frente al tratamiento que en ese primer momento evitaría que le amputasen la pierna izquierda a Fernando, su hijo de 13 años. El adolescente fue diganosticado de la presencia de tumor dentro de un hueso que crecía muy veloz, e incluso unas semanas después de que se torciera el plan de Claudia para hacerse del dinero, se supo que la enfermedad es imparable y que al joven no le queda mucho tiempo de vida.

La mujer de 33 años fue detenida en octubre del año pasado en la ciudad de Orán en Salta, a bordo de un remis embarazada de dos meses y con dos maletines que a simple vista se veía 'intervenidos' para esconder mercadería en un interior.

"Lo hice porque estaba desesperada. Yo no tenía recursos. Tuve que hacer esto para poder curar a mi hijito pero todo salió mal y me quedé aquí y mi mamá lo estuvo llevando (al médico) pero se empeoró y le amputaron", relató Claudia al autor del artículo, desde el teléfono del penal, mientras sostiene a su beba de cuatro meses, Sheila Jazmín.

El defensor oficial Andrés Reynoso apeló la prisión preventiva y pidió que se considere la situación de necesidad que padecía la mujer, por lo que tomó la decisión de cometer del delito en pos resolver la dolencia médica de su hijo, una enfermedad mortal. Sin embargo, la sala 2 de la cámara de apelaciones salteña lleva seis meses de demora en su resolución, mientras la vida de Fernadno se apaga lentamente lejos de su mamá.

La problemática está atravesada también por la cuestión de género. Según consignó el periodista de Infobae, la infracción a la ley de drogas es la principal causa de privación de la libertad de mujeres, alcanzado al 41% de la población carcelaria femenina, mientras que en el caso de los hombres ocupa el 5° lugar en el ranking de delitos.

Sin embargo, la mirada de la justicia se posa en no hacer diferencias entre quienes cometieron los delitos y basarse en la legislación vigente para sentenciar. En la mayoría de los casos, las llamadas 'mulas' alegan que necesitaban el dinero por causas superiores pero casi ninguna lo puede demostrar. Ahi radica la principal diferencia del caso de Claudia, ella sí demostró todo.

"Claudia podría ser liberada el año que viene aun si es encontrada culpable. Lo que pedimos es que se resuelva ya, la mujer quiere estar con su hijo, verlo aunque sea por última vez. Mantenerla presa es una decisión absurda e inhumana", comentaron desde su defensa, cuyo escrito detalla cómo se da origen al ilícito. "Se encontraba en una situación real de estado de necesidad, por la existencia de un peligro amenazante en relación a la vida e integridad física de su hijo", se puede leer en la presentación en su defensa.

Presa por cruzar cocaína por la frontera para tratar el cáncer de su hijo: ruega ver al joven antes de su muerte

La enfermedad del adolescente avanzó con metástasis pulmonares múltiples y gigantes: "Le están produciendo compresión y gran dificultad respiratoria, acompañado de un derrame pleural de tipo tumoral, por lo cual está con drenaje de torax y con máscara con reservorio, internado en la terapia intensiva de nuestro hospital", describió la médica en un certificado que Claudia incorporó a su pedido de excarcelación.

"Por favor dejen que esté con mi hijito, él me necesita a mí. La doctora me dijo que no se puede hacer nada. Me gustaría estar con él. Quiero que me digan si sí o si no, si es no, voy a hacer mi duelo", ruega desde su recluasión la mujer detenida en el limbo del sistema que prefiere mirar hacia otro lado.