El tremendo acto de amor realizado en Shintomi, Japón, convoca a más de siete mil personas de manera anual al jardín privado de los Kuroki.

Cuando ella quedó ciega se volvió una persona huraña y su esposo ideó una manera para que vuelva a estar al sol. Se trata de flores de 'shibazakura', una especie muy aromática que puede olerse a varios metros a la distancia.

Durante dos años cubrió el jardín de la granja con flores y más flores para hacer que la señora Kuroki se aventurase cada vez más fuera del hogar y así logró que ella recuperara la sonrisa.