La historia de los aumentos en los servicios públicos parece no tener fin. Aunque las empresas productoras de gas aceptaron una rebaja en el precio en boca de pozo -el valor vigente desde abril de u$s4,68 promedio, pasaría a u$s4,10 por millón de btu- aún no aceptan la propuesta oficial de parte de la Secretaría de Energía que dirige Javier Iguacel para que consideren un dólar de $31,47.

Según informó ámbito.com, las petroleras pretenden que se considere el valor promedio del dólar futuro para el semestre, pero estarían dispuestas a aceptar la cotiazción actual para no "empezar perdiendo", según reprodujeron dichos desde una productora de gas.

En el medio, los usuarios y una situación económica que no da respiro: mientras asociaciones de consumidores y pymes industriales reclaman que se congelen las tarifas por 180 días, el Gobierno no tiene demasiado margen y casi que se descarta la oficialización de los aumentos en breve.

Con el fin de mitigar la afectación de usuarios, desde el Gobierno estudian la posibilidad de cerrar ahora un acuerdo a un precio de u$s4,10 con el dólar de $31,47, para luego en enero -cuando el consumo es menor- incorporar la diferencia entre ese valor y el vigente a la fecha de pago.

Si se aplica ese plan, el aumento en octubre rondaría un 30% y en enero habría otra suba de alrededor del 15% por el cargo que se adicionará a las facturas, debido a la exigencia de las productoras de recuperar los altos precios abonados en dólares luego de la feroz devaluación.

Para anticiparse al invierno 2019, las autoridades planean incorporar una 'tarifa plana' y así distribuir los aumentos en los emses de verano, aunque deberán ponerse de acuerdo en qué pata absorve el costo financiero.