Hilda, de 86 años, y Hugo, de 92, una pareja de ancianos de Rosario, quedaron abandonados a su suerte en un bar. Es que en estos días fueron desalojados del lugar donde alquilaban, porque ya no podían pagar.

Uno de sus hijos los ayudó con la mudanza y los llevó a un bar a almorzar. El hombre aseguró que pronto volvería a buscarlos para decirles dónde los reubicaría pero nunca más volvió.

Pasaron siete horas y los abuelos seguían en el bar ubicado en 27 de Febrero y Corrientes. Los dueños sabían qué hacer y optaron por llamar a la Policía. 

Finalmente, apareció en la comisaría otro de los hijos de la pareja, quien se hizo cargo. Lo cierto es que más allá de juzgar la actitud del señor que los abandonó, lo importante es reflexionar sobre qué tipo sociedad es en la que estamos viviendo, en que dos ancianos pueden terminar así, sin que nadie los ayude.