El bastón está realizado en madera de urunday, mide 90 centímetros más la empuñadura que fue forjada con más de 2,5 millones de golpes de cincel de argentinos.

Quien sea electo en el próximo balotaje presidencial, recibirá en diciembre el bastón junto con la banda como atributos del poder; además se escuchará la Marcha de Ituzaingó, que se toca para anunciar la presencia del nuevo Presidente.

"Cuando en 1983 le entregué el primer bastón criollo al Dr. Raúl Alfonsín estaba seguro de lo que iba a ocurrir, que a pesar de las diferencias cada período se nutría de más y más democracia", planteó Pallarols a Télam y reflexionó que "esa maduración del pueblo argentino se ve en los mensajes que la gente le escribe" a cada nuevo mandatario.

En la empuñadura de plata puede verse el escudo nacional, apoyado sobre una factura por 1 peso como pago simbólico por su trabajo, remitida a la Dirección General de Ceremonial de Presidencia.

Hasta la vuelta de la democracia  "el bastón presidencial era de estilo inglés, de caña de malaca, con empuñadura de oro y una guarda neoclásica. Yo le dije que quería hacerlo de estilo y materiales argentinos y con plata (argento), que es de donde toma su nombre nuestro país", planteó Pallarols cuando fue convocado desde la Casa Militar por el ex marino Adolfo Scilingo, juzgado y condenado en España a 1.084 años de prisión por los delitos de lesa humanidad en los "vuelos de la muerte".

Desde 1983 el orfebre confecciona un bastón idéntico, con madera que se utiliza "para alambrados, vigas de los techos y marcos de puertas porque se mantiene recta, es muy fuerte y resistente al trabajo",  para cada primer mandatario.


Lo que difiere es el largo en base a la altura del mandatario. En su humildad, Pallarols elige autodenominarse el "fletero del bastón" ya que él mismo se encarga de llevarlo a los largo del país para que todos los argentinos que lo deseen se sientan parte del nuevo período democrático que se inicia.