El hecho es, sin dudas, aberrante. Pero la reacción del vocero presidencial, Manuel Adorni, tratando de bajarle el precio y de desvincularlo con un crimen de odio es aún peor.

Luis Novaresio no quiso dejar de opinar sobre el caso que llegó a la prensa internacional y más allá de considerar como “infelices” las declaraciones de Adorni también lo cuestionó por dar su opinión personal cuando en realidad su trabajo es ser el vocero del Presidente y sus opiniones personales carecen de importancia.

Novaresio además enumeró otros ataques al colectivo LGTB de parte de funcionarios y amigos del gobierno que no estarían generando el mejor de los climas.