La compañía y marca Disney siempre pidió a los mil doscientos actores que trabajan en sus instalaciones en Orlando, que no revelen quién está detrás del traje con la idea de mantener "la fantasía".

La política de confidencialidad ya había sido tema de negociaciones entre el sindicato y Disney pero esta vez adquirió ribetes legales.

"La empresa no tiene el derecho de controlar lo que se escribe en las redes sociales, y de improviso quiere pretender que no hay personas detrás de los disfraces y que la Constitución no aplica al parque temático", declaró Mike Stapleton, presidente de la sección local de Teamsters aunque desde Disney afirmaron que lo que intentan es mantener la "integridad" de los queridos personajes.