El Ministerio de Seguridad de la Nación realizó “un operativo sorpresa" en la terminal de ómnibus de Liniers, en el que participaron efectivos de fuerzas federales, funcionarios de la Dirección de Migraciones y empleados de la Agencia Federal de Ingresos Públicos (AFIP).

El operativo que se llevó a cabo este viernes va en consonancia con la Ley de Residencia que el gobierno de Mauricio Macri busca reeditar, y cuyo fundamento es que el Ejecutivo se arroga la posibilidad de expulsar del país a cualquier extranjero, sin juicio ni condena.

Según fuentes consultadas por la agencia de noticias Télam, los procedimientos tuvieron como objetivo controlar los vehículos de trasporte de pasajeros que llegaban desde los países limítrofes.

"Lo que no queremos son delincuentes y lo que estamos haciendo es generar mecanismos para impedir el ingreso de delincuentes que, de alguna manera, son expulsados de otros países", indicó al respecto el ministro del Interior, Rogelio Frigerio.

Mismos argumentos utilizados por la oligarquía argentina en 1902, cuando se aprobó la también llamada Ley Cané y que tenía por objetivo expulsar sin juicio a los extranjeros “indeseables”.

En 1958, el gobierno de Arturo Frondizi (al que Rogelio Frigerio abuelo adhirió fervientemente) la derogó; hoy, el nieto de aquel intelectual, del mismo nombre, busca reinstalarla... Paradojas de la historia argentina.