Hay lugares que son los elegidos por los ladrones por su facilidad de huida o la expectativa de un botín, y otros son lo opuesto: le esquivan por su riesgo y dificultad.

Pero este ladrón desoyó las advertencias de que el Mercado Central no parece el lugar indicado para correr después de cometer un arrebato, y salió a toda velocidad sorprendiendo a los que estaban a su lado pero metros más adelante lo esperaron otros empleados que lo detuvieron con un empujón y tirándole un pallet por la cabeza.

Una vez en el suelo, lo golpearon y patearon, para que quede constancia de que el Mercado Central no es el lugar apropiado para esa modalidad delictiva.