Sergio Rodríguez y María Giménez están juntos desde hace dos décadas y viven en al capital entrerriana. Él trabaja en el servicio penitenciario y ella en el jardín municipal, y cuando se enteraron de que María necesitaba urgentemente un riñón, él no lo dudó.

Sergio decidió hacerse los estudios para ver si podía ser donante de la mujer con la que tiene un hijo de  17 años. "La decisión es por amor, sin ella no puedo vivir y si no la tengo, mi existir no podría ser. También es por mi hijo, que la necesita un montón. Esto que hacemos es por el amor que nos tenemos", contó Sergio.

"Donar es vida, tal como se dice; es dar un poquito de nosotros y vamos a recibir mucho de Dios que nos llama a dar. Para todos los enfermos, que tengan fe y confianza en que ya les va a llega su momento", contó María que si bien atraviesa los nervios propios de una próxima cirugía no duda en mostrarse orgullosa de su marido.

"Estoy contento por ayudarla un poco en lo que puedo. En mi familia tienen algo de miedo y se entiende; en la de ella están muy agradecidos", agregó Sergio.