El peluquero Oscar Colombo afirma sin tapujos que la mujer argentina "quiere ser rubia porque está en una constante búsqueda de su pasado europeo" y agrega que "todas acá quieren ser rubias" más allá de lo que haya hecho anteriormente con su pelo. 

Colombo, cuya rutina se reduce a viajar y peinar mujeres por el mundo, tiene su peluquería en el de Recoleta, en Buenos Aires, la ciudad a veces calificada como la "París latinoamericana". Son tres pisos de una casa —también francesa, también del siglo XIX— por donde desfilan todas las famosas habidas y por haber. 

El estilista le cuenta a la BBC mundo que tiene un amigo francés que le encanta venir al país "porque es el único país donde hombres y mujeres son de razas diferentes: ellas rubias, ellos morochos".

Recoleta, uno de los barrios más exclusivos y con edificaciones de las más antiguas de estilos franceses y españoles, Colombo dice que "cuando la argentina busca ser rubia, lo que pretende es revivir ese pasado, luchar por el país que alguna vez fuimos".

En relación a las mujeres argentinas más importantes del país, la mayoría fueron rubias: desde Evita, Mirtha Legrand, Susana Gimenez o la modelo Valeria Mazza, todas blondas. 

La interpretación del famoso estilista es que "ser rubia en Argentina te da seguridad, te permite entrar cómoda a un lugar". 

Y Francisco Ingratta, maquillador internacional de la casa Dior, dice que "en el inconsciente colectivo el pelo rubio es el que garpa".

Según una encuesta realizada en 2016 por la firma de cosméticos francesa L'Oreal (la más reciente que ha realizado), el 66% de las argentinas dice querer ser rubia.

Peluqueros, miembros del sector, académicos y feministas consultados por BBC Mundo opinaron que esa cifra no se aleja de la realidad.

El sondeo también encontró que Argentina es, entre las principales economías de la región, el país donde las mujeres tienen el pelo más largo y la mayor frecuencia de lavado. Seis de cada 10 argentinas cambian su color de pelo y cuatro de cada diez eligen hacerlo en peluquerías.

El 70% de las argentinas van a la peluquería regularmente, la mayoría de ellas a teñírselo, dice el mismo Beauty Report de L'Oreal.

Las peluquerías facturan una cifra similar al 1% del PBI argentino (US$600 millones al mes), generan 120 mil puestos de trabajo y reciben un tráfico de 250 millones visitas al año, según el mismo informe.

La BBC en su recorrida por la city porteña, cuentan que dos mujeres entradas en edad le dijeron que teñirse el pelo "es una forma de mitigar los gajes de la vejez".  

"El rubio esconde la arrugas", aseguraron. "Y el clima de Buenos Aires, no sé si por la humedad o por la contaminación, oscurece el pelo, y por eso lo teñís, para mantener lo que sos originalmente".

Debido a la importante ola de inmigrantes italianos, españoles, franceses, alemanes, polacos, austriacos y suizos, Argentina es probablemente el país con más rubios naturales de América Latina.

Después de EE.UU., acá se produjo el mayor fenómeno de inmigración en cuanto a la proporción de llegados y población que ya se encontraba en el territorio.

"Pero acá hay una tendencia a forzar el rubio, más allá de las naturales", dice Luciana Peker, feminista, periodista y escritora de varios libros sobre la mujer argentina y agrega: "Y eso responde a la aspiración de los argentinos a ser el país más europeo de América, que en parte es cierto, pero a la vez niega las raíces afro y originarias".

La investigadora cita los estudios genéticos de Daniel Corach, de la Universidad de Buenos Aires, quien encontró que el 60% de la población tiene herencia amerindia en su composición biológica.

"La negación de la raíz morocha, mestiza, hace que la estética sea forzadamente blanca, rubia, lejana a nuestros orígenes", opina Peker.

"La mujer argentina, en general, va muy uniformada, es rubia, blanca, delgada, en un estereotipo muy fuerte, muy parecido a la Barbie, una muñeca, concesiva, manipulable y hecha para agradar", completa.

"Nada de todo esto quiere decir que todas las rubias piensen así, que esté mal ser rubia o que la rubia no sea inteligente (…) No vamos a convertir un prejuicio en un nuevo prejuicio", asegura Peker.

Y agrega que hoy en día "estamos viendo un cambio en las nuevas generaciones, que, con un feminismo muy enraizado, están rompiendo los moldes uniformes y defienden, por ejemplo, los cuerpos gordos".

Paralelo al auge de los movimientos feministas, desde los años 80 Argentina se ha "latinoamericanizado", dicen los expertos consultados por BBC Mundo. "Tras la guerra de las Malvinas (1982), se empezó a ver con cierto rechazo algo que antes daba nivel, que era todo lo relacionado con Europa e Inglaterra", dice Susana Saulquin, socióloga e historiadora de la moda.

"Argentina siempre fue una gran seguidora de las modas, pero ahora las modas están perdiendo su lugar de privilegio y hay un emergente reconocimiento a la morocha y a tener un fenotipo propio", le comenta a BBC Mundo.

Fuente: BBC Mundo.