Fabián Levitt se despidió en 2002 de su familia, como lo había hecho tantas otras veces, ya que por su condición de artesano, el viaje al norte para vender sus trabajos era moneda corriente.

Pero ese "adiós" fue el último durante mucho tiempo. Según comentó su hermana y otros integrantes de su familia, el joven (en aquel momento de 28 años) dejó de llamar, de comunicarse y, con el paso del tiempo, perdieron todo rastro de él.

En ese momento, los familiares comenzaron una búsqueda silenciosa a través de las redes sociales, de llamados, de pistas inconclusas, que nunca llevaron a ningún dato concreto.

Así pasaron los años, buscando sobre la oscuridad, intentando encontrar la "aguja en el pajar" y sin una sola pista concreta que pueda llevarlos hacia Fabián. Hasta hoy.

Esta historia se dio vuelta cuando Brenda, su hermana, se jugó la última carta que le quedaba después de años y años de búsqueda inconclusa, y subió la foto de Adrián al sitio que la Red Solidaria creó luego de la desaparición de Florencia Penacchi en 1998: www.personasperdidas.org.ar

Increíblemente, lo que parecía un sueño se convirtió en realidad. Un llamado llegó desde Colombia. Un tal, Fabián Vargas, oriundo de Medellín, dijo conocer al hombre de la foto que parecía no retornar nunca más.

Según sus palabras, luego de conocer la historia del argentino, Vargas entró a Google y buscó su nombre. Esa búsqueda lo llevó directamente hacia la web de la fundación de Juan Carr, y se contactó con ellos.

Su hija, ahora de 15 años, se enteró de la noticia y quedó emocionada, pero en estado de shock al mismo tiempo. "¡Feliz cumple, papito! Te extraño un montón, tengo ganas de verte. Espero que sepas que te quiero y que te espero, que la pases lindo en tu día y ojalá que te acuerdes de mí", había publicado en su cuenta de Facebook en la fecha de cumpleaños de su desaparecido padre.

El colombiano afirmó que conoció a Fabián en su país, ya que lo cruzaba siempre haciendo changas y trabajando como artesano en diferentes partes de su ciudad. Pero, luego de hablar con él, pudo saber su historia.

Hasta el momento no se sabe con exactitud qué pasó, pero al parecer habría ocurrido un hecho de violencia en el medio de esta historia, donde habrían robado y despojado de sus pertenencias al argentino. Aún así, se desconoce por qué nunca intentó comunicarse o dirigirse a la embajada para obtener ayuda.

Para Juan Carr, este hecho representa el comienzo de una nueva y exitosa etapa en la búsqueda de personas perdidas: "Fabián apareció en Colombia después de doce años de búsqueda, y fueron la solidaridad de un ciudadano colombiano y las posibilidades de la tecnología las que conectaron a Fabián nuevamente con su familia. Cuando arrancamos con el proyecto de la Red, hace veinte años, sabíamos que las computadoras serían importantes en nuestro trabajo, pero jamás imaginamos esto.", expresó.