Si bien muchas veces se habla de la posible caída de un meteorito casi siempre pasan a miles de kilómetros de la Tierra o se terminan desintegrando al ingresar a la atmósfera.

Aunque pequeños fragmentos suelen caer mucho más seguido de lo que uno puede imaginarse, señala la BBC.

En un pueblo de Turquía, la caída de un meteorito en septiembre trajo una fuente de ingresos inesperados. Los habitantes de Sarıçiçek, una localidad agrícola de 3.200 habitantes en el este del país, comenzaron recolectar del suelo pequeños trozos de roca.

Al principio era una cuestión más bien curiosa hasta que comprendieron que esas rocas provenientes del espacio tenían valor;  el precio del gramo de meteorito es de apróximadamente 60 dólares.

Según medios locales, los residentes de esta localidad lograron juntar unos  US$350.000 gracias a estas transacciones con científicos y coleccionistas.

Hasan Beldek, un hombre de 30 años, encontró un pedazo de 1,5 kg después de que su suegra le insistiera que saliese a buscar rocas como los demás.  "Beldek ya rechazó ofertas de hasta $120.000 porque cree que puede ganar aún más y dice que el dinero que recaude lo usará para abrir una pastelería con sus hermanos en Estambul", destacan en la BBC.

Ya en 2013 cayó un meteorito en la región de Chelyabinsk, en el centro de Rusia. Hubo numerosos heridos pero también muchos sacaron rédito de los numerosos fragmentos que cayeron  por toda el área.