El programa de la Asignación Universal por Hijo (AUH) que comenzó a aplicarse desde 2009 por parte del Gobierno Nacional, demostró su efectividad en cuanto la mejora en el bienestar económico y la presencia en la escuela.

El Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) publicó un informe donde se observan las mejoras en los índices de pobreza y la inserción de los niños y adolescentes en el sistema educativo.

Según el estudio, basado en la encuesta anual que realiza la UCA, entre los menores de entre 5 y 17 años que son beneficiarios de la AUH (en una muestra de más de 3500 casos) trabajaba el 14,3% en el promedio de los tres años considerados (2010 a 2012).

De acuerdo a los resultados relevados, a partir de la AUH, se redujo en un 14% el riesgo de que los chicos trabajen por motivos económicos y entre el 2010 y 2012 hubo una caída de la tasa de trabajo infantil. El informe también remarcó que "se redujo en más de 60% el riesgo de no asistencia escolar".

La AUH contempla la obligatoriedad de certificar la asistencia a la escuela. La transferencia, que se abona desde fines de 2009 y que abarca a unos 3,4 millones de menores de 18 años, tiene un mecanismo por el cual mes a mes se paga el 80% del monto vigente (hoy, $ 664) y el resto se percibe si se demuestran la escolaridad y la atención sanitaria.

El informe establece que la AUH redujo en un 35% la posibilidad de estar en situación de pobreza extrema. Se tomó como referencia una canasta básica alimentaria de $ 450 por persona (dato para 2012) y se concluyó que en las familias con asignación el 13% de los chicos de hasta 17 años está por debajo de ese ingreso, en tanto que entre los que no cobran el índice llega a 19,9%. Si se duplica el valor de la canasta (900 pesos por persona), los que quedan por debajo de la cifra (dado el nivel de ingresos de sus familias) son el 62,5 y el 65,6%, respectivamente. En este caso, se concluye que el plan reduce en un 4,8% la posibilidad de caer en situación de pobreza (no extrema).