Delimitada por la avenida Nazca y las calles Páez, Terrada y Neuquén, la 'Plaza de los Periodistas' padece la ineficiencia de parte del gobierno porteño, que ha dejado un obrador inactivo desde hace un año.

Los vecinos del barrio de Flores, muchos de ellos protagonistas de la recuperación del baldío y la construcción de la plaza hace dos décadas, llevan casi dos años sin poder disfrutar del espacio verde que caracteriza ese rincón de la Ciudad.

“Es una plaza muy humilde, y este gobierno macrista rodeó la plaza con una reja provisoria y puso un obrador, y ya van para dos años”, explicó a Diario Registrado Adriana López, vecina del barrio.

Cansados de no poder ingresar, algunos vecinos rompieron el cerco metálico amarillo durante el verano pasado, cuando el calor golpeaba duro en diciembre y el único consuelo eran los árboles que todavía resisten al descuido. Y los jubilados pudieron volver a realizar actividades recreativas en la cancha de bochas, aunque no en las mejores condiciones.

La plaza fue vallada en junio pasado. Un cartel de la obra anunciaba que trabajarían dos meses, pero la empresa Salvatori abandonó el lugar inconcluso. Durante los seis meses de obra se cambió el suelo de acceso a la iglesia, se reemplazó el cemento de los caminos interiores por piezas tipo adoquín y se colocaron luminarias LED.

Pero ahora el lugar está abandonado y sucio. Los vecinos confirman que no hay operarios trabajando en la plaza y que quedó un vallado perimetral deteriorado y un obrador.

La Plaza de los Periodistas tiene una importante historia reciente, que retrata el esfuerzo y la solidaridad de los vecinos, y de algunas figuras como la del recordado conductor, Jorge Guinzburg.

Adriana López, vecina de Flores desde hace casi 30 años y además abogada, recuerda que el terreno quedó abandonado y los vecinos comenzaron “acciones directas” para recuperarlo que incluían “pintadas de paredes y limpieza del terreno”.

“Recuerdo una jornada tremenda, entre varios hombres voltearon los pocos muros que todavìa quedaban, trajeron cubiertas viejas  de autos y camiones, prendieron fuegos  y las vecinas con sus niños nos metimos en el terreno para ayudar a limpiar y despejar la mugre, porque se tiraba basura”, relata la vecina.

Con el tiempo, y gracias a la ayuda de periodistas que se comprometieron en informar la tarea de los vecinos, el terreno fue expropiado y la plaza finalmente inaugurada. En aquella oportunidad, se celebró un acto que contó con la presencia del recordado conductor, Jorge Guinzburg en el año 1996 o 1997, según recuerda López.

“En un acto en honora de los periodistas, conocimos en persona a Jorge Guinszburg, quien les contó a los niños que él había vivido a dos cuadras cuando era pequeño. Mi hija Fátima, que estaba en 5to grado participaba de un taller de "Radio" en el colegio estatal al que concurrió, y le fueron hacer el reportaje”, recordó.

Pese al esfuerzo de los vecinos, la plaza padece de la ausencia del gobierno de Mauricio Macri. El tiempo dirá si ese terreno público continúa formando parte de la vida de los vecinos que supieron darle forma, o si continúa su franco deterioro producto del abandono municipal.