Claudio Pistone, un piloto de avión experimentado, tenía que cumplir con una misión del Incucai, en la que tenía que trasladar un corazón trasplantado de Mendoza a Córdoba para una operación de urgencia.

La tensión comenzó antes de partir, cuando en la localidad de El Plumerillo Claudio esperaba junto a la tripulación por la extracción del órgano.

En ese momento, las condiciones climáticas eran complicadas: había una densa niebla que eliminaba la visión a corta distancia hasta el punto que el aeropuerto de Córdoba estaba cerrado por las malas condiciones.

"Estábamos todos muy bajoneados y los médicos nos dijeron que quedaba muy poco tiempo", comentó el piloto, ya que los órganos tienen un tiempo determinado de conservación en frío.

"En ese momento de tensión, llegó un parte meteorológico con una leve mejora de la visibilidad, por unos minutos, y ahí decidimos despegar", expresó Pistone sobre su heroica decisión.

Pero los problemas no terminaron ahí, sino que la situación se tornó mucho más complicada en vuelo y casi imposible para realizar el aterrizaje, con una visibilidad que -según expresó Pistone- era menor a 50 metros.

El piloto bajó igual a pesar de la niebla que rodeaba al aeropuerto y logró aterrizar el avión correctamente. Por ende, el corazón llegó a tiempo y se pudo salvar la vida de una persona.

"Cumplir con la misión es lo más importante; sentimos mucha alegría después de aterrizar, porque los médicos ya estaban dando por perdido el operativo""Cumplir con la misión es lo más importante; sentimos mucha alegría después de aterrizar, porque los médicos ya estaban dando por perdido el operativo", comentó.