La división Explosivos de la policía porteña activó cinco veces el protocolo de análisis y desactivación de bomba en una sola mañana, y todas dieron resultado negativo.

Según informó Infobae, a partir de un mensaje viralizado por WhatsApp acudieron a la esquina de la avenida 9 de Julio y Marcelo T. de Alvear ante la descripción de una supuesta detonación: "Gente, los que están en la calle anden con cuidado. Recién tiraron explosivo desde un auto a un micro en mi parada que no detonó. Vino la Policía y lo hizo explotar", decía el mensaje aunque en realidad se trataba de una pieza de motor de heladera.

En Villa Lugano los especialistas anti bombas informaron sobre la aparición de una vieja heladera de telgopor abandonada frente a una escuela de policía, pero apenas encontraron un pedazo de hielo a medio derretir y un cuchillo Tramontina. Para el juzgado de Claudio Bonadío se trató de "intimidación pública".

El colegio Lenguas Vivas reportó una amenaza, mientras que un grupo de oficiales llegó hasta la sucursal del banco HSBC en la calle Reconquista por un caño empotrado en la vereda que simulaba ser un explosivo.

Luego en la estación Belgrano de la línea E de subte hubo temor por una vieja valija abandonada que no tenía nada en su interior. Pero la más curiosa de todas las amenazas ocurrió en un baño del hospital Garrahan donde dejaron un artefacto pensado por casi por una producción cinematográfica: tres tubos azules atados con cinta a un medidor de presión, simulando dinamita con un temporizador.