Todo comenzó durante la Navidad de 2015 cuando Dylan Askin tenía dos años y se encontraba con dificultades- cada vez más notorias- para respirar.

Sus padres lo llevaron al hospital más cercano de Derby, en Inglaterra, y quedaron impactados con el diagnóstico: Dylan no tenía un simple catarro o una temida neumonía; sino que era algo mucho más grave: histiocitosis pulmonar de células Langerhans;  un extraño cáncer que llena los pulmones de quistes y que se da en un niño por cada millón. 

Con sus pulmones en un 80% colapsados, el pequeño entró en coma ese diciembre. El Viernes Santo de 2016, sus padres lo bautizaron  junto a su cama, en una ceremonia que pensaban que iba a ser la despedida ya que iban a desconectarlo después de tantos meses sin reacción.

Estaba en coma, iba a ser desconectado, se despertó y se curó de un cáncer pulmonar

Sin embargo, al día siguiente, Dylan no solo se despertó sino que ahora- con cinco años- logró superar su cáncer de pulmón. ​“Los aparatos conectados a Dylan estaban al máximo. Y él seguía sufriendo. Los médicos nos dijeron que no iba a volver a casa y toda su familia fue el Viernes Santo a despedirse. Hasta su hermano mayor, Bryce (luego nació Logan)”, relata Kerry, la madre, en diálogo con el diario británico Daily Mail.

Dos años después de una escena que sus padres consideran “un milagro de Pascuas”, el caso de Dylan es la imagen de la campaña de la ONG Clic Sargent para recaudar fondos y ayudar a  las familias de niños con cáncer infantil en Inglaterra.