En total fueron analizadas 723 muestras y 22 de ellas (un 3% del total) dieron resultado positivo ante los reactivos que revelan la presencia de estupefacientes. Los exámenes se hicieron de manera sorpresiva en 14 dependencias de La Plata, Avellaneda y Quilmes.

La elección de esos lugares se realizó a raíz de que había denuncias de que personal de esas reparticiones había estado en servicio bajo los efectos de algún tipo de sustancia.

"Estos son solo las detecciones de los exámenes sorpresivos. Fuimos a lugares que determinamos ir porque habíamos juntados las denuncias y la mayor cantidad de sumarios. El hecho de encontrar estos análisis positivos no me llama la atención", aseguró el auditor general de Asuntos Internos, Guillermo Berra. 

De los 22 policías que estaban drogados, 12 habían consumido cocaína, ocho marihuana y dos, psicofármacos.

Los exámenes toxicológicos habían sido anunciados por el ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, en junio de 2017. En aquel momento se explicó que se les haría a los 93.000 efectivos de la fuerza, sin embargo, desde que se anunció la medida solo fueron examinados 4038 policías. De ese total, apenas el 18% fueron análisis sorpresivos. Es decir, en casi el 80% de los exámenes toxicológicos realizados, los policías ya sabían de antemano que se los harían.

Cuando a un policía le da positivo uno de estos exámenes "se abre una carpeta médica, se les da licencia, se les pide el arma reglamentaria y se comienza con el tratamiento de rehabilitación". "Los efectivos que forman parte de áreas de la lucha contra el narcotráfico en la fuerza no pueden volver a ese lugar; si se rehabilitan pasarán a integrar otra dependencia", explicaron los voceros consultados.