Los koalas fueron capturados y sedados antes de ser sacrificados en forma secreta entre los años 2013 y 2014 en la región de Cape Otway, en la costa sudeste de Australia, a unos 230 kilómetros al suroeste de la ciudad de Melbourne. El macabro dato fue confirmado por la ministra de Medio Ambiente del estado de Victoria, Lisa Neville.

Lo llamativo es que el koala es considerado una especie amenazada y sin embargo el gobierno australiano salió a justificarse remarcando que "La operación era indispensable para evitar el sufrimiento a los koalas que no tenían con que alimentarse".

Los koalas, que en lengua aborigen significa "sin beber" en alusión a que el 90% de su hidratación proviene de las hojas de eucalipto que comen, estaban atravesando un período de hambruna por la falta de estas hojas.

"Los koalas que morían de hambre eran más numerosos que los sometidos a eutanasia. Se olía la muerte", contó Frank Fotinas, gerente de un camping australiano.

"Debemos revisar la estrategia de gestión de los koalas para frenar el crecimiento de la población, que continúa a un ritmo muy intenso", agregó la Ministra de Medio Ambiente australiana y negó que vuelva a realizarse una matanza.

Se  estima que hay 100.000 koalas en ese país,  "Lo que hicieron es chocante. ¿Por qué dejaron que la situación se deteriorara?", protestó la directora ejecutiva de la fundación, Deborah Tabart de la  fundación Australian Koala.

El zoólogo y especialista de los koalas Desley Whisson dijo que la población de Cape Otway creció demasiado desde la introducción de koalas desplazados de French Island, una isla del estado de Victoria transformada en santuario en el siglo XX para protegerlos de los cazadores. La escasez de animales predadores en la isla, como el águila audaz, favoreció la reproducción en los años ochenta, provocando una situación crítica, lo que llevó a trasladar a muchos koalas a Cape Otway.