"Hoy nos referimos a la situación de aquellos que, tras la ruptura de su vínculo matrimonial, han establecido una nueva convivencia", comenzó el papa Francisco su discurso de este miércoles, clarando que "estas personas no están excomulgadas como algunos piensan, ellas forman parte de la Iglesia".

Durante la audiencia general de este miércoles, que se celebró en el Aula Pablo VI, el pontífice se preguntó: "¿Cómo podemos recomendar a estos padres que hagan todo lo posible para educar a sus hijos en la fe cristiana si les alejamos de la vida de la comunidad, como si fueran excomulgados?"

Aunque reconoció, con relación al divorcio, que "situaciones como esta contradicen el sacramento cristiano", Francisco sostuvo que "los más pequeños son los que más sufren" con la separación de sus padres y, por lo tanto, "no se debe sumar más peso al que estos chicos ya soportan cuando están en esta situación".